2018/07/13

¡Enojate, Pero No Peques!


Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, no deis lugar al diablo. (Efesios 4:26-27)

Saludos. ¿Tu cónyuge o pareja se molesta por casi todo lo que haces? ¿Te parece que haces cien cosas buenas para el/ella, pero una sola mala que hagas, elimina las otras cien? ¿Haces tu mayor esfuerzo para hacer cambios en tu vida, en pro de la buena convivencia, pero no lo tienen en cuenta? ¿Sientes la mirada vigilante, perseguidora e inquisidora esperando el mas mínimo error para reprochártelo, mientras colaboras en casa? ¿Todo es tu culpa, hasta de si el/ella no tienen tiempo de ir al salón de belleza?...¡entre muchas otras cosas!....pues bienvenido al club.

Somos parte de los millones de parejas en el mundo, diría que la mayoría que, a diario tenemos que lidiar con estos asuntos. Pero, ¿Hasta donde debemos o podemos aguantar, tolerar, comprender, lidiar, soportar? Veamos que nos aconseja la Biblia: 

"Temblad, y no pequéis; Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah." (Salmo 4:4)

"Llevad mi yugo(La Cruz, lo que significa: "Morir al pecado") sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas." (Mateo 11:29)

Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, no deis lugar al diablo. (Efesios 4:26-27)

"Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo." (Efesios 4:31-32)

"Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios." (Santiago 1:19-20)

Lo primero que debemos hacer es entender que, todos los seres humanos somos distintos, por lo tanto es un grave error común pretender que nuestro cónyuge, pareja, o entorno, piensen y/o actúen como nosotros queremos que lo hagan. Otra cosa muy importante es: saber y entender que, si queremos ver cambios en los demás, primero tenemos que cambiar nosotros, los cambios, empiezan desde adentro.

"No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? !!Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano." (Mateo 7:1-5)

Leamos para ir entendiendo:

"Quienes creen que dominan la verdad de modo exclusivo, quienes se alteran ante aquellos que le llevan la contraria, quienes no saben manejar la frustración y defienden sus criterios a través de la agresividad y buscan siempre que su punto de vista subyugue el de los demás se definen en una palabra: PREPOTENTES."

Este tipo de persona pretende ser dueña de la verdad absoluta, anteponiendo su criterio al de cualquier otro. “Incluso siente que nadie más tiene la razón.” Estos individuos tienen problemas para vivir en sociedad, donde deben lidiar con personas de opiniones y creencias distintas.

Una persona prepotente se gana mala voluntad de otros. Esto ocurre porque al entender su opinión como única, buena y válida, el prepotente “descalifica a los demás, por considerar que sus opiniones no son válidas y se expone a que lo rechacen en muchos ambientes, se cargan el rechazo de muchos y en ocasiones terminan aislándose, porque sienten que es el mundo el que está equivocado, no ellos.”

Incapaces de entender la importancia de que en su entorno hay otras opiniones y que cada persona tiene el derecho y la libertad de expresar lo que siente y piensa recibiendo de los demás el debido respeto, los prepotentes consideran que quien no está de acuerdo con ellos no tiene la razón ni merece respeto. Su percepción radical les lleva a entender que el mundo está en su contra y a defenderse."

Sí, es una patología con la que hay que lidiar, y ademas, hacer una introspección para ver si sufrimos de lo mismo; recuerda, "Los cambios empiezan desde adentro."

¡Enojate, pero no peques! ¿Cuantas veces no hemos pecado por culpa del enojo, con razón o sin razón? ¿Cuantas parejas no han llegado al adulterio por venganza y sin justificación alguna(la verdad, nada lo justifica), ademas del adulterio, ¿cuantos otros pecados se pudieran evitar con algunos segundos de silencio, escucha, y razonamiento?

"La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor...El hombre iracundo promueve contiendas; Mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla." (Proverbios 15:1, 18)

Recordemos que es Pecado:

"Cometer una falta o apartarse de lo que es recto y justo, de acuerdo con lo que Dios enseña en Su Palabra" 

Como se trata de hacer una introspección, hablemos en plural: 

El hecho de que no aceptemos otro punto de vista, refleja la poca confianza que tenemos en los demás. No escuchamos las opiniones y los argumentos de los otros por que no los valoramos. Esto, nos crea poca empatia con ellos. Estamos obsesionados con tener el control de todas las situaciones por muy superfluas que estas sean. Todo lo que nos saque de nuestras normas o rutina nos incomoda, por lo tanto no estamos a gusto con los cambios, así sean necesarios. Esto nos convierte en personas poco flexibles, y en muchas ocasiones, realmente maniáticas.

Esta actitud soberbia enmascara muchas veces una personalidad insegura, y creemos que, imponiéndonos podemos conseguir reconocimiento.

"Porque el que estima de sí que es algo, no siendo nada, á sí mismo se engaña."(Galatas 6:3)

Es aquí donde entra lo que, los científicos llaman "El Razonamiento Motivado" que, no es mas que nuestra tendencia a ver como aliadas a ciertas informaciones o ideasQueremos que ganen, queremos defenderlas. Y las personas que contradicen esa opinión son el enemigo y queremos vencerlas. Nos lo tomamos como algo personal. Cuando nos aferramos a creencias falsas, a pesar de la abrumadora evidencia, se produce este fenómeno porque no sentimos que estén atacando nuestra idea, sino a nosotros mismos.

Todos conocemos y tratamos con personas que creen tener siempre la razón,  y que, por mucho que argumentemos en contra o expliquemos nuestra postura, no lo van a aceptar, sí es un punto de vista diferente al suyo. Cuando así somos, emplearemos todos los medios posibles para imponer nuestro criterio. Si no lo conseguimos, podemos intentar manipular, hacernos sentir culpables, entrar en cólera, etc. Si finalmente el otro cede y acepta nuestra opinión como valida, intentaremos humillarlos por haber contradicho nuestro criterio. Esto suele derivar, sobre todo en el ámbito de la pareja, en discusiones constantes que pueden acabar deteriorando la relación, desde el adulterio hasta la ruptura, o bien a la frustración de aquel que se ve siempre obligado a aceptar la opinión del otro.

La próxima vez que estés discutiendo con tu pareja date el beneficio de la duda, detente un segundo y reflexiona porque es muy posible que no tengas la razón. ¡Ah, y no peques, no vayan a la cama enojados, ceder un poco es ganar mucho! El pecado que cometas, no solo te afecta a ti, ten en cuenta a tus hijos y familia.

"Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse." (Santiago 1:19)


Referencias: Biblia - ¿Quien tiene la razón?


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Si te gusto esta publicación, compártela. No olvides dejar un comentario para edificarme, corregirme, despejar dudas, o simplemente decir lo que te nazca en el corazón. Si eres de los prudentes y no quieres hacer publico tu comentario, usa el link de Contacto en la barra de menú arriba.