2018/07/19

¡Dad a Cesar lo que es de Cesar, y a Dios lo que es de Dios!


Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra. Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos? Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea. Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César. Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él. (Marcos 12:13-17)

Saludos. Una semana antes de la muerte de Jesús, en la cruz, se hallaba rodeado de la maldad y de las maquinaciones de sus enemigos que, buscaban por todos los medios la forma de desacreditarlo ante la nación de Israel y destruirlo. Grupos del judaísmo se presentaban ante Jesús con preguntas maliciosas que tenían como único fin tenderle una trampa con la que pudieran hacerlo caer. Sin embargo, como veremos en esta publicación, y en los Evangelios, la sabiduría de nuestro Señor, es infranqueable. Y por supuesto, de útil enseñanza para nuestras vidas.

Mientras enseñaba en el templo de Jerusalen, Jesús fue abordado por una hipócrita delegación. Un grupo de Fariseos con otro de Herodianos. Entre ambos grupos había una profunda enemistad. Los Herodianos constituían un partido político que apoya al gobierno de Roma y a la dinastía de Herodes, simpatizando ademas con los valores de cultura helenista. Los Fariseos eran una secta religiosa del judaísmo que se caracterizaba por su patriotismo y por defender los principios de la ley de Dios conforme a la tradición de los ancianos. Dos grupos bien opuestos, pero sin embargo, dejaron a un lado sus diferencias y se aliaron contra Jesús porque lo veían como un  mayor oponente. Y por supuesto, ésta no fue la última ocasión en la que el poder político y religioso se han unido contra Cristo y su Evangelio.

Primero, veamos cuales eran las intenciones reales de su pregunta: "¿Es licito dar tributo al Cesar, o no?" 

Ellos no deseaban aprender de Jesús, ni tampoco tenían un deseo genuino de resolver alguna cuestión ética o moral que los preocupara. De hecho, a pesar del lenguaje(lisonjero) que utilizaron en su planteamiento, ninguno de ellos aceptaba la autoridad espiritual de Jesús, ni estaban dispuestos a seguir sus indicaciones. 

Quedaba claro que tenían segundas intenciones, y que su propósito era tenderle una trampa, inducirle a decir algo que pudieran emplear mas tarde para acusarle. Y el nuestro Señor percibió esta maldad e hipocresía en ellos.

Antes de presentar la pregunta, hicieron varias afirmaciones acerca de la forma de enseñar de Jesús que son ciertas y que son un modelo a seguir por nosotros: 

"Maestro, sabemos que eres un hombre veraz...que con verdad enseñas el camino de Dios." Le reconocían como un Maestro.

"Que no te cuidas de nadie." Admitían también que no se deja sobornar de nadie, sino que es fiel a Dios en su enseñanza, no acomodando su mensaje a lo que agrada a la gente. Es decir, era independiente en su juicio y solo actuaba en conciencia ante Dios, sin que influyera en su enseñanza lo que pensarán su amigos o sus enemigos, y mucho menos había un interés económico de por medio.

"No miras la apariencia de los hombres." Siempre enseñaba lo mismo, sin importar con quien hablara. Para El era lo mismo tratar con un pobre que con un rico, con un sabio que con un ignorante.

Sin embargo, en la boca de aquellos hombres, estas grandes verdades se convertían en lisonjas hipócritas. Su verdadero propósito era disipar cualquier sospecha que pudiera tener Jesús y comprometerlo a dar una respuesta con la que perdiera su reputación ante el pueblo o lo enfrentara con el gobierno romano. Pero no se dieron cuenta de que, sus palabras se volvían contra ellos mismos, pues al reconocerlo como una Maestro que enseñaba con verdad el camino de Dios, mientras que no estaban dispuestos a sujetarse a su autoridad, se hacían culpables.

No está demás recordar que, debemos ser especialmente cautelosos cuando la gente nos lisonjea. Tengamos cuidado, porque por lo general, los halagos vienen con un dardo venenoso detrás de ellos.

Después de una introducción llena de halagos, finalmente hicieron su interrogante: "¿Es licito dar tributo al Cesar?" (Marcos 12:14)

Toda la sociedad judía era muy sensible frente al asunto del tributo, y por eso despertaba las opiniones mas enfrentadas. Veamos algunas de la razones por las que el pago obligatorio de impuestos a Roma era tan impopular:


  • Como a nosotros, a nadie le gusta pagar impuestos por razones meramente económicas.
  • En el caso de los judíos, la cosa se agravaba por sentimientos patriotas. El asunto les recordaba que, eran una nación vasalla. Para muchos de ellos pagar el tributo significaba aceptar como legitimo el dominio romano, y era algo a lo que no estaban dispuestos.
  • Por otro lado, intervenían también cuestiones religiosas. La moneda usada para pagar el impuesto,  llevaba la imagen del emperador, quien se atribuía carácter divino y pretendía tener autoridad suprema tanto en asuntos políticos como espirituales.
A la vista de todo esto, no es difícil darnos cuenta de que la pregunta fue formulada con mucha astucia con el único fin de colocar a Jesús entre la espada y la pared.

  • Si aceptaba pagar el impuesto, sería acusado de traición a la patria y de llevar a los judíos a la sujeción a Roma. También, estaría ofendiendo a Dios, que era el único a quien debería darsele tributo. Y eso, sin contar con la imagen del Cesar en la moneda para el pago de los tributos y la inscripción que había en ella que, resultaba claramente blasfema. Pero aun había mas: los profetas habían anunciado claramente que cuando viniera el Mesías, Dios concedería a Israel una liberación completa del dominio gentil por medio de El. ¿Era Jesús el Mesías esperado? ¿Pero como podría ser el Mesías si les mandaba a pagar un impuesto gentil?
  • Y por otro lado, si se hubiera negado a pagar el impuesto, seguramente los mismos herodianos lo habrían llevado ante Poncio Pilato para denunciarlo como un demagogo que incitaba al pueblo a rebelarse contra Roma.

El Señor se dio cuenta de la trampa, pero no por eso eludió la pregunta, y dijo: "¿Por que me tentáis?" (Marcos 12:15). Sin embargo, antes de contestar, pidió que le dejaran ver una de las monedas con las que se pagaba el tributo. Al hacer esto, Jesús tenía, también, una doble intención: 


  • Por un lado quería enseñarles que, si ellos usaban esta moneda en la vida cotidiana, y si se beneficiaban de su uso, debían aceptar también las obligaciones resultantes y pagar los impuestos; sin poner como pretexto para no hacerlo, motivos religiosos. Tenían que darse cuenta de que, desde el momento en que habían empezado a usar la moneda romana, también habían aceptado la autoridad del emperador, quien era el que garantizaba su valor y quien exigía el impuesto.
  • Y por otro lado, quería inspeccionar la moneda junto a ellos, en especial su imagen y la inscripción que aparecía en ella. Al hacerlo, tenían que reconocer que la imagen era la del Cesar, y que en una de sus caras de podía leer: "Tiberio Cesar, hijo del divino Augusto", y en la otra cara decía: "Máximo Pontífice." El imperio usaba esta moneda para promover el culto al emperador. Y aunque muchos judíos se mostraban muy legalistas espiritualmente, cuando les interesaba, no dudaban en hacer serias excepciones. ¿Algo parecido hoy día con los Fariseos actuales?

Finalmente Jesús respondió a la pregunta con una frase contundente: "Dad a Cesar lo que es de Cesar." Sin embargo, no era el tipo de respuesta que los judíos esperaban; ellos querían una respuesta directa, un "Si" o un "No", pero les contesto de una  manera que les obligaba a pensar. 

Primero observamos que el planteamiento de Jesús giro en torno a la cuestión de la "propiedad": ¿de quien es la moneda?. Y una vez que los judíos admitieron que era de Cesar, Jesús les dijo que le dieran lo que era suyo. Con lo anterior, también enseñó que el Reino que El estaba estableciendo en este mundo, en su primera visita, no entraba en conflicto en este sentido con el imperio romano.

"Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti." (Mateo 17:24-27)


"Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra." (Romanos 13:6-7)

La pregunta en cuestión era si Jesús pagaría y la respuesta fue que si. Ahora bien, El, como Hijo y heredero no tendría que pagar, pero sin embargo, para no ofender, lo hizo. 

Por lo anterior, todos los cristianos(especialmente los que lideran los megatemplos) tenemos el deber de replantear nuestra actitud ante el pago de los impuestos(sea justo o no) mirando el ejemplo de nuestro Señor.

El Señor completo su contestación con un segundo mandamiento: "Y a Dios lo que es de Dios." De esta manera, delimitaba el alcance del primer mandamiento. Dijo, y dice que, todas nuestras lealtades terrenales están limitadas a nuestra lealtad superior de Dios.

Nos sujetamos a los gobernantes terrenales porque Dios nos lo manda. Pero no podemos hacer todo lo que el Cesar dice. Cesar no es el Señor. Es imprescindible ser leal a Dios por encima de cualquier gobierno terrenal, aunque esta lealtad nos cueste a algunos la vida(Lucas 21:12).

Los Apóstoles(verdaderos) , resumieron con claridad este principio:

"Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres." (Hechos 5:29)

La enseñanza era y es sencilla: Los cristianos deben ser leales al estado(aunque a veces no sea justo) en el pago de los impuestos, por los beneficios que, a veces el gobierno otorga. Sin embargo deben negarse a adorar a hombres(el emperador), pues solo Dios merece adoración.

Jesús, desde entonces, separo las cosas del estado de las cosas de Dios. La moneda tenia la imagen del Cesar, pues entonces a el le pertenece. Los cristianos tenemos la imagen de Dios(Génesis 1:27), pues a El le pertenecemos.

Ahora bien, ¿como puede el hombre pagar a Dios lo que es suyo? Lo cierto es que tenemos que reconocer que, por mucho que nos esforcemos en amar a Dios sobre todas las cosas, con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra mente y corazón, nunca llegaremos a conseguir hacerlo tal como El se merece. Ante este reconocimiento de nuestro propio fracaso como hombres pecadores, solo tenemos la opción de refugiarnos bajo su misericordia y su gracia esperando su perdón, una vez que hemos manifestado un arrepentimiento genuino.

El Señor había contestado a ambos grupos. Denuncio la santurronería de los Fariseos y les había dicho que no debían dejar de pagar el tributo a Cesar. Pero al mismo tiempo condeno la mundanalidad de los herodianos que no daban a Dios lo que le pertenecía(lealtad solo a El).

¡Que nosotros no nos quedemos solo impresionados con la sabiduría del Señor demostrada en su contestación a los Fariseos, sino que pongamos por obra lo que El nos enseña!


Referencias: Biblia- Escuelabiblica


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