Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.(Isaias 58:1)
Saludos. El cristiano no debe callar, y es lo que generalmente hace. El mundo, en términos generales no le gustan las religiones que hablan, y mucho menos las que confrontan con el pecado, las cuales etiquetan inmediatamente como religiosas, intolerantes, y proselitistas(Empeño o afán con que una persona o una institución tratan de convencer y ganar seguidores o partidarios para una causa o una doctrina).
El cristianismo no se puede esconder, ni mantener en el ámbito privado. Lo primero que hizo el Espíritu Santo de Dios cuando vino sobre los Apóstoles fue poner en movimiento sus lenguas(Hechos 2:4). Pedro y los demás Apóstoles, aprovechaban cada oportunidad que tenían para ponerse en pie y hablar con toda claridad en el nombre de Jesús.
En el libro de los Hechos se nos relata la curación de un cojo de nacimiento a la puerta del templo(Hechos 3:1-10). El resultado de esta sanación y posterior predicación fue asombroso:
"Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil." (Hechos 4:4)
A esta respuesta positiva, y es a lo que muchos cristianos temen, aparece la acción represiva de las autoridades religiosas:
"Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde." (Hechos 4:1-3).
Saludos. El cristiano no debe callar, y es lo que generalmente hace. El mundo, en términos generales no le gustan las religiones que hablan, y mucho menos las que confrontan con el pecado, las cuales etiquetan inmediatamente como religiosas, intolerantes, y proselitistas(Empeño o afán con que una persona o una institución tratan de convencer y ganar seguidores o partidarios para una causa o una doctrina).
El cristianismo no se puede esconder, ni mantener en el ámbito privado. Lo primero que hizo el Espíritu Santo de Dios cuando vino sobre los Apóstoles fue poner en movimiento sus lenguas(Hechos 2:4). Pedro y los demás Apóstoles, aprovechaban cada oportunidad que tenían para ponerse en pie y hablar con toda claridad en el nombre de Jesús.
En el libro de los Hechos se nos relata la curación de un cojo de nacimiento a la puerta del templo(Hechos 3:1-10). El resultado de esta sanación y posterior predicación fue asombroso:
"Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil." (Hechos 4:4)
A esta respuesta positiva, y es a lo que muchos cristianos temen, aparece la acción represiva de las autoridades religiosas:
"Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde." (Hechos 4:1-3).
¡Comienza la hostilidad! En adelante, la Iglesia se encontraría con una oposición en aumento que daría lugar a la muerte del Mesías.
Era increíble que estos don nadie(Apóstoles), "hombres sin letras y del vulgo", se atreviesen a contrariar a los teólogos del sanedrín. Y no solo eso, sino que los acusaron de la muerte del Señor(Hechos 3:15). Estas acusaciones no solo amenazaban su posición política en la comunidad, sino también su economía.
Esta actitud de los principales entre los judíos parece fácilmente aplicable en nuestros días. Los lideres religiosos y la gente "respetable", en relación con el mensaje del Evangelio, siguen sintiéndose profundamente ofendidos e incluso incómodos con el mensaje de la Cruz. Los primeros han visto, desde hace mucho, amenazada su ganancia deshonesta, y los segundos, la confrontación pública de sus pecados.
La Cruz no solo ofende el orgullo humano, sino también las costumbres y tradiciones del hombre con respecto a la vida tras la muerte y el juicio que ha de venir(Hebreos 9:27).
Hoy, la gente sería menos hostil hacia el cristianismo si este no supusiera un desafió tan radical para sus ideas preconcebidas(Y esto se debe a las falsas enseñanzas de los falsos maestros: Si al menos los cristianos utilizarán en sus predicaciones las palabras "quizás" y "en mi opinión" más a menudo y en tono suave, en vez del estridente "Así dice el Señor"), y si ademas hubiese una sana enseñanza y menos show mediático y ridículo para obtener ganancias deshonestas.
Esta fue la reacción de los lideres religiosos ante el mensaje de la Cruz:
"Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre." (Hechos 4:17)
Era increíble que estos don nadie(Apóstoles), "hombres sin letras y del vulgo", se atreviesen a contrariar a los teólogos del sanedrín. Y no solo eso, sino que los acusaron de la muerte del Señor(Hechos 3:15). Estas acusaciones no solo amenazaban su posición política en la comunidad, sino también su economía.
Esta actitud de los principales entre los judíos parece fácilmente aplicable en nuestros días. Los lideres religiosos y la gente "respetable", en relación con el mensaje del Evangelio, siguen sintiéndose profundamente ofendidos e incluso incómodos con el mensaje de la Cruz. Los primeros han visto, desde hace mucho, amenazada su ganancia deshonesta, y los segundos, la confrontación pública de sus pecados.
La Cruz no solo ofende el orgullo humano, sino también las costumbres y tradiciones del hombre con respecto a la vida tras la muerte y el juicio que ha de venir(Hebreos 9:27).
Hoy, la gente sería menos hostil hacia el cristianismo si este no supusiera un desafió tan radical para sus ideas preconcebidas(Y esto se debe a las falsas enseñanzas de los falsos maestros: Si al menos los cristianos utilizarán en sus predicaciones las palabras "quizás" y "en mi opinión" más a menudo y en tono suave, en vez del estridente "Así dice el Señor"), y si ademas hubiese una sana enseñanza y menos show mediático y ridículo para obtener ganancias deshonestas.
Esta fue la reacción de los lideres religiosos ante el mensaje de la Cruz:
"Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre." (Hechos 4:17)
Eso era lo que realmente les preocupaba y les preocupa hoy día, tanto a los lideres religiosos como a las "personas de bien". El cristianismo verdadero habla, y porque habla, se extiende y crece. Las ondas de su "Sana influencia y doctrina" se están expandiendo de forma alarmante. ¡Gloria a Dios!
Aquel hombre cojo que se sentaba cada día a la puerta del templo llamada "la hermosa" era invalido de nacimiento, y acudía allí para mendigar su sustento. El nombre de la puerta "La Hermosa", es algo irónico, pues por muy hermoso que fuera ese pórtico, dejaba de serlo al tener allí día tras día a aquel necesitado. Toda su ornamentación no tenía respuesta para aliviar la condición desamparada de aquel hombre. La religión espectacular, llena de rituales fastuosos y lujos, que llenaba los ojos, e impresionaba los sentidos, estaba vacía y era ineficaz para cambiar la vida de aquel hombre.
Cuando Pedro y Juan llegaron a la puerta, sin embargo, transformaron radicalmente la vida y el mundo de aquel cojo:
"y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios."(Hechos 3:8-9)
No existe nada mas convincente para la fe cristiana que, el testimonio de una vida transformada; tanto entonces como hoy en día. Esto es, "el poder del Evangelio para transformar vidas."
"Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado, sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano." (Hechos 4:8-10)
Pedro pasa del tema del hombre cojo a "la autoridad de Jesús", el Apóstol usa el milagro para apuntar a la muerte y resurrección del Señor(Hechos 4:11-12). Es el Evangelio y no la experiencia particular que se tenga lo que realmente cuenta. Muchas veces testificamos centrándonos demasiado en lo que Dios ha hecho en nosotros, y nos olvidamos que todo testimonio tiene como propósito último llevar al oyente a creer y confiar en la persona y obra de nuestro Señor Jesucristo.
Pedro y Juan,a pesar de las amenazas, no abandonaron la predicación de la Cruz en sana doctrina.
"Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios." (Hechos 4:19)
Muchos siglos después, un monje se enfrentaría solo al emperador, a los príncipes, al papa, y a toda la maquinaría y poder católico romano, "no callando" y ejerciendo su libertad de conciencia con estas celebres palabras al ser juzgado por defender y proclamar la autoridad de la Biblia:
"Ya que su serenísima majestad y sus altezas exigen de mi una respuesta sencilla, clara y precisa, voy a darla, y es esta: Yo no puedo someter mi fe ni al papa ni a los concilios, porque es tan claro como la luz del día que, ellos han caído muchas veces en el error así como en muchas contradicciones consigo mismos. Por lo cual, si no se me convence con testimonios bíblicos, o con razones evidentes, y si no se me persuade con los mismo textos que yo he citado, y si no sujetan mi conciencia a la Palabra de Dios, yo no puedo ni quiero retractar nada, por no ser digno de un cristiano hablar contra su conciencia. Heme aquí; no me es dable hacerlo de otro modo. ¡Que Dios me ayude! ¡Amen!" (Martín Lutero)
Un hombre o una mujer que sabe que ciertas cosas son verdaderas, debe dar testimonio de las mismas, si no lo hace sacrificará su dignidad e integridad, violentando sus principios. La Iglesia de Dios no puede ni debe permanecer en silencio ante los abusos y falsas enseñanzas de los mercaderes de la fe, pues hemos sido adquiridos por Dios, para anunciar Su Reino y Su Justicia, y las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a Su Luz admirable(1 Pedro 2:9).
"Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído." (Hechos 4:20)
Aquel hombre cojo que se sentaba cada día a la puerta del templo llamada "la hermosa" era invalido de nacimiento, y acudía allí para mendigar su sustento. El nombre de la puerta "La Hermosa", es algo irónico, pues por muy hermoso que fuera ese pórtico, dejaba de serlo al tener allí día tras día a aquel necesitado. Toda su ornamentación no tenía respuesta para aliviar la condición desamparada de aquel hombre. La religión espectacular, llena de rituales fastuosos y lujos, que llenaba los ojos, e impresionaba los sentidos, estaba vacía y era ineficaz para cambiar la vida de aquel hombre.
Cuando Pedro y Juan llegaron a la puerta, sin embargo, transformaron radicalmente la vida y el mundo de aquel cojo:
"y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios."(Hechos 3:8-9)
No existe nada mas convincente para la fe cristiana que, el testimonio de una vida transformada; tanto entonces como hoy en día. Esto es, "el poder del Evangelio para transformar vidas."
"Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado, sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano." (Hechos 4:8-10)
Pedro pasa del tema del hombre cojo a "la autoridad de Jesús", el Apóstol usa el milagro para apuntar a la muerte y resurrección del Señor(Hechos 4:11-12). Es el Evangelio y no la experiencia particular que se tenga lo que realmente cuenta. Muchas veces testificamos centrándonos demasiado en lo que Dios ha hecho en nosotros, y nos olvidamos que todo testimonio tiene como propósito último llevar al oyente a creer y confiar en la persona y obra de nuestro Señor Jesucristo.
Pedro y Juan,a pesar de las amenazas, no abandonaron la predicación de la Cruz en sana doctrina.
"Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios." (Hechos 4:19)
Muchos siglos después, un monje se enfrentaría solo al emperador, a los príncipes, al papa, y a toda la maquinaría y poder católico romano, "no callando" y ejerciendo su libertad de conciencia con estas celebres palabras al ser juzgado por defender y proclamar la autoridad de la Biblia:
"Ya que su serenísima majestad y sus altezas exigen de mi una respuesta sencilla, clara y precisa, voy a darla, y es esta: Yo no puedo someter mi fe ni al papa ni a los concilios, porque es tan claro como la luz del día que, ellos han caído muchas veces en el error así como en muchas contradicciones consigo mismos. Por lo cual, si no se me convence con testimonios bíblicos, o con razones evidentes, y si no se me persuade con los mismo textos que yo he citado, y si no sujetan mi conciencia a la Palabra de Dios, yo no puedo ni quiero retractar nada, por no ser digno de un cristiano hablar contra su conciencia. Heme aquí; no me es dable hacerlo de otro modo. ¡Que Dios me ayude! ¡Amen!" (Martín Lutero)
Un hombre o una mujer que sabe que ciertas cosas son verdaderas, debe dar testimonio de las mismas, si no lo hace sacrificará su dignidad e integridad, violentando sus principios. La Iglesia de Dios no puede ni debe permanecer en silencio ante los abusos y falsas enseñanzas de los mercaderes de la fe, pues hemos sido adquiridos por Dios, para anunciar Su Reino y Su Justicia, y las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a Su Luz admirable(1 Pedro 2:9).
"Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído." (Hechos 4:20)
Referencias: Biblia - enlacallerecta
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