2017/12/14

¡Tentaciones!


Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. (Hebreos 4:15)

Saludos. Vivimos, desde la caída del hombre, rodeado de tentaciones, y nuestra naturaleza humana casi siempre cede ante ellas. En estos tiempos en los que, el dinero manda, y es necesario, nos vemos expuestos a todo tipo de impulsos para lograr conseguirlo. Pero no es solo el dinero lo que nos tienta, el enemigo siempre esta al acecho con todo su arsenal, para hacernos caer.

Definamos Tentación: Impulso de hacer o tomar algo atrayente pero que puede resultar inconveniente. Persona, cosa o situación que atraen de forma irresistible.

Que alguna vez nos sintamos tentados a hacer algo malo no nos convierte en malas personas. Todos nos enfrentamos a tentaciones. Lo que de verdad importa es como reaccionamos ante ellas. Algunas personas se recrean en el mal deseo y, tarde o temprano, terminan cediendo; mientras que otras lo rechazan de inmediato porque saben que esta mal.

"Cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo." (Santiago 1:14)

"No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar." (1 Corintios 10:13)

Cuando no rechazamos un mal deseo, llega un punto en el que realizarlo es inevitable. Sin embargo, no somos esclavos de los malos deseos; podemos dominarlos.

Del mismo modo que alimentamos la mente con deseos incorrectos, podemos arrancarlos de raíz. Para lograrlo, ocupemos la mente en otras cosas como: realizar alguna actividad física, conversar con un amigo o reflexionar en pensamientos buenos(Filipenses 4:8). También es útil meditar en las consecuencias emocionales, físicas o espirituales de ceder a la tentación(Deuteronomio 32:29). Por otra parte,  la oración es de gran ayuda. Jesucristo dijo:

"Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil." (Mateo 26:41)

La tentación es una trampa que puede poner en peligro a alguien ingenuo, inexperto o confiado. Ejemplo: inmoralidades sexuales o adulterio que, producen consecuencias terribles.

"Al punto se marchó tras ella, Como va el buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado; Como el ave que se apresura a la redY no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón." (Proverbios 7:22-23)

En las Escrituras Dios nos enseña que, si deseamos agradarlo y obtener la vida eterna, debemos controlar nuestro cuerpo y nuestros deseos para no pecar(Colosenses 3:5). Rechazar con firmeza una tentación no es fácil(Mateo 26:41). De modo que todos fallamos. Mas sin embargo, si nos arrepentimos de corazón y procuramos que esa mala acción no se convierta en una practica, nuestro Señor, Dios, será misericordioso con nosotros.

"Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia." (Salmo 103:8)

Familias destrozadas, enfermedades, ruina, locura, conciencia atormentada, son solo algunas de las consecuencias de ceder a la tentación.

Ahora, es cierto que el pecado(ceder a la tentación) en nuestras vidas es algo realmente terrible, pero el inducir a otro a pecar(ceder a la tentación) es infinitamente peor. Dice:

"Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar." (Mateo 18:6-7, Marcos 9:42, Lucas 17:1-2)

Jesucristo, muy seguramente, no se refería solo a los niños(pequeñines), sino a todas aquellas personas sencillas y débiles. Incluyendo a los recién convertidos al Señor y que por alguna razón, son flacos en la fe. Pero tenemos que extenderlo también a cualquier persona que todavía no conoce al Dios Padre. El hacerles tropezar consistiría básicamente en ponerles algún obstáculo que les apartara del Señor.

La posición de privilegio y autoridad de algunos lideres religiosos puede convertirse en una piedra de tropiezo para otros cuando se apodera de ellos la ambición y el sectarismo(Mateo 23:13). A esto podemos añadir también cualquier comportamiento o mal ejemplo en el creyente o líder cristiano que, no sea coherente con lo que profesa o aparenta profesar. El testimonio debe acompañar a cualquier persona que se confiese seguidor de Cristo.

Nada hay tan dañino como una mala enseñanza de lo que la Palabra del Señor dice. Esto nos debería llevar a considerar con cuidado el efecto que nuestras palabras y acciones pueden tener sobre otros, no sea que los hagamos tropezar y caigan en tentación.

En el ámbito espiritual hay tendencias y actitudes que son un grave peligro para la vida de las personas, y con las que tenemos que cortar drasticamente si deseamos entrar en el Reino de Dios. El Señor dice que hay que actuar sin vacilación y rechazar de inmediato y de forma decisiva cualquier cosa que nos dañe espiritualmente. Consentir cualquier pecado en nuestras vidas siempre tendrá consecuencias muy negativas.

"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará." (Galatas 6:7)

Esto quiere decir que tal vez sea necesario dejar algún mal habito, privarse de algún placer, renunciar a algunas amistades, cortar y excluir algo que nos interese, a fin de obedecer al Evangelio. Muchos, como sabemos, se conforman con una obediencia religiosa externa, pero no de corazón(esto hace la gran diferencia). 

Debemos juzgar el pecado en nuestras propias vidas. Para ello, es necesario tener una actitud correcta en el corazón, algo imposible a menos que el Espíritu Santo more en nosotros y nos transforme por su poder. Y si en el corazón hay una actitud correcta, esto inevitablemente, no nos dejara caer en Tentación.

"Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte." (Santiago 1:12-15)

Referencias: Biblia - Despertad - Escuelabiblica


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