2018/03/15

Teología De La Prosperidad


Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.(Lucas 12:15)

Saludos. Mientras "El Joven Rico" desaparecía entre la multitud, Jesús hizo un comentario acerca de lo difícil que es para los ricos entrar en el Reino de Dios. Esta declaración dejo asombrados a los discípulos que, creían que la posesión de riquezas era una clara indicación del favor y la aprobación divinas. Por la misma razón, pensaban que, los pobres, las viudas, los huérfanos, las estériles, los enfermos...eran menospreciados. Pero los principios del Reino de Dios son diferentes: si a alguien le va a costar trabajo entrar en Su Reino es precisamente a los ricos.

Es triste ver como, hoy día, el cristianismo organizado a procurado las riquezas materiales y a vuelto a caer en los mismos errores que, el Señor corrigió en sus discípulos.

No debemos olvidar que, es satanás quien promete los reinos de este mundo, y que contrario a lo que muchos creen y les han hecho creer, Cristo nunca predicó que aquellos que creyeran en El, tendrían en este mundo una vida llena de prosperidad material, de éxito, de aceptación social, libre de problemas, sufrimiento, enfermedades, persecuciones, odio, etc.

"Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares." (Mateo 4:8-9)

En la actualidad, hay ciertos grupos que enseñan que, la prosperidad económica y el éxito en los negocios son una evidencia externa del favor de Dios. Esta tendencia moderna es conocida como la "Teología de la prosperidad", "Palabra de Fe" o "Confieselo y recíbelo".

¿Es bíblica la teología de la prosperidad? Esta enseñanza es bastante común en muchos de los telepredicadores modernos, y otros que no lo son.

En cualquier caso, no nos debe extrañar que este "evangelio de la prosperidad" tenga tanto éxito en la actualidad. Aunque realmente, no es que sea un evangelio:

"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de CristoMas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema." (Galatas 1:6-9)

Estos predicadores dicen: "la pobreza es del diablo y Dios quiere que todos lo cristianos sean prósperos", "la pobreza es un espíritu maligno del que Dios nos va a liberar". Y en medio de un mundo donde la riqueza y el éxito son idolatrados, no tiene nada de extraño que a la gente le agrade este tipo de mensajes.

Por otro lado, el camino propuesto para el éxito es relativamente fácil. Acompañando a las predicaciones de este tipo de "evangelio", siempre hay una serie de insistentes invitaciones a depositar generosas ofrendas para apoyar los "ministerios" promovidos por estos "mercaderes de la fe".

Su mensaje es: "envíenos o denos una ofrenda para que la bendición de Dios sea puesta en acción; cuanto mas generosa sea su ofrenda, mayor sera la bendición de Dios para su vida". Y por supuesto, si la promesa de prosperidad no se cumple, no reclame, porque le dirán que, no ha tenido la fe suficiente o adecuada.

Ademas, la vida de estos "mercaderes de la fe" con su doctrina de la teología de la prosperidad, esta marcada por lujos excesivos y riqueza, unos mas que otros. Les gusta vivir de forma ostentosa y alardear de todo lo que tienen, puesto que según ellos, se trata de bendiciones de Dios que evidencian lo espirituales que son. Se enriquecen indebidamente explotando la ingenuidad "voluntaria" de los creyentes sinceros que diezman su dinero. No hay que olvidar que, los que no heredaron, se iniciaron en pequeñas congregaciones hasta convertirse en los megapredicadores de la actualidad.

Por mucho que se revista de espiritualidad, este movimiento hace del materialismo una meta para el creyente(he aquí los peligros de teología de la prosperidad), alejándole de los verdaderos valores espirituales.

Por supuesto que Dios quiere bendecir abundantemente nuestras vidas:

"Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra" (2 Corintios 9:8)

Notese que dice: "abundéis para toda buena obra". Lo que resulta no tan extraño, sin embargo, es el énfasis desmedido que este movimiento pone en lo material. En la mayoría de las ocasiones sus predicadores parecen tener mas interés en aquellas cosas que se pueden disfrutar en este mundo, que en la salvación eterna del alma.

Leyendo las Escrituras, no encuentro, en ninguna parte, la afirmación de que todos los buenos creyentes tienen que ser ricos, o que la pobreza esté relacionada con la falta de fe. Justamente, el capitulo 11 de Hebreos describe con claridad que por la fe algunos "conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros", pero también, por la misa fe, "otros fueron atormentados, experimentaron vituperios y azotes, fueron puestos presos, apedreados, puestos a prueba, anduvieron de acá para allá errando por desiertos, pobres, angustiados...." (Hechos 11:33-38).

Como vemos, la fe autentica se puede manifestar de formas diversas, llevando a unos a la pobreza y a otros al éxito. Pero aclaremos que, todos ellos fueron aprobados por Dios en cuanto a su fe. Por lo tanto, establecer la cantidad de riquezas que uno tiene como criterio para valorar la vida espiritual, es completamente errado.

Dios, a algunos, les da riquezas para que puedan repartir con liberalidad(Romanos 12:8). El libro de los Hechos no explica que ocurrió al comienzo de la vida cristiana:

"Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad." (Hechos 4:34-35)

¿Sucede lo anterior en tu congregación? No podemos decir que el propósito de Dios para todos sus creyentes es que sean ricos, porque el reparte sus dones de manera diferente a cada uno de sus hijos.

Estos predicadores citan las Palabras de nuestro Señor Jesucristo cuando dijo: "por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7:20), para dar a entender que una vida de éxito material es la evidencia de la verdadera espiritualidad. Sin embargo, citemos también las palabras del Apóstol Pablo para hacer notar a que "frutos" se refería nuestro Señor:

"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley." (Galatas 5:22-23)

Es por un carácter santificado en lo que se demuestra la presencia y el poder transformador del Espíritu Santo, y no en el saldo de la cuenta bancaria o en el automóvil que se conduce. ¡Eso sería absurdo!


Otro de los puntos importantes de este tema es que, una de las razones por las que Dios daba riquezas a su pueblo era con el fin de que compartieran con los que no tenían nada. En este sentido, Jesús  explico la historia de un rico que termino en el infierno porque no tuvo cuidado del mendigo que estaba a su puerta. El rico vivía en el placer y el lujo, mientras que Lázaro moría de hambre(Lucas 16:19-31).

Lo anterior nos advierte que, Dios no aprueba que un cristiano lleve una vida de lujo desmedido, mientras millones de personas se mueren de hambre. Esto es una actitud mezquina que, nada tiene que ver con el estilo de vida que predicó nuestro Señor Jesucristo, y que El mismo vivió.

Este tipo de predicadores convierten el Evangelio en una relación mercantilista con Dios: "yo le doy a Dios, y El me lo devuelve multiplicado". Afuera queda la relación personal, la oración, la consagración, el leer la Biblia(cosa que no les conviene), incluso el esfuerzo y sacrificio en el trabajo. Todo se conduce a que en un momento dado la persona haga su ofrenda(diezme, para ellos).

Por otro lado, ¿por que hay que sembrar específicamente en los ministerios de estos mercaderes de la fe? ¿Acaso no nos bendecirá Dios si ofrendamos ayudando a sus pequeños en necesidad?

El ejemplo de Cristo. Cuando José y María fueron al templo a presentar a su hijo, lo que llevaron para el sacrificio fue dos tórtolas(aves), que era lo que la ley estipulaba para las personas mas pobres(Lucas 2:24). Mas adelante, durante su ministerio público, a uno que quería seguirle le explico:

"Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza." (Lucas 9:58)

Y esto era completamente cierto; le vemos enseñando desde una barca ajena, entrando en Jerusalen en un burro prestado, cenando en la ultima noche en un aposento que le habían dejado para la ocasión, y finalmente, sepultado en una tumba ajena.


Indudablemente el estilo de vida que Jesús tenía, no se parece en nada al que presumen llevar los famosos predicadores del evangelio de la prosperidad, y otros no tan famosos.

El ejemplo de los Apostoles y primeros cristianos. El Apóstol Pablo reconocía haber pasado por situaciones de pobreza en la obra de Dios(Filipenses 4:11-12), y también sus compañeros:

"Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija. Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos. Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos." (1 Corintios 4:11-13)

¡Cuan difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Estas fueron las palabras que Cristo dijo mientras el joven rico se iba. Su abandono fue doloroso. Era otra alma que partía rumbo a la condenación. Y nos preguntamos si no habría alguna forma de retenerlo. ¿Por que el Señor fue tan radical con el, hasta el punto de mandarle a vender todas sus posesiones? ¿No se podía haber rebajado un poco el nivel de exigencia para ver si el joven hubiera aceptado quedarse? Al fin y al cabo, tampoco habría venido mal a la causa del Evangelio(el bolsillo de muchos hoy día) tener una persona con recursos financieros entre sus filas.

Podemos plantearlo de muchas maneras, pero lo cierto es que el Evangelio de Jesucristo(Marcos 1:1) es radical:"Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres...y ven, sígueme, tomando tu cruz" (Marcos 10:21). Dios no acepta un corazón dividido, no acepta lealtades a medias. Nosotros podemos estar tentados a endulzar las palabras, a rebajar un poco el precio, a colocar una cruz menos pesada, pero Cristo no lo hace. El dio su vida entera en la Cruz, con el fin de ganar enteramente al pecador. Y a Dios no le mueven otros intereses; quiere salvar al pecador y no le interesa los bienes que pueda tener o la posición social que ocupe.


Los predicadores del falso evangelio de la prosperidad, quieren despertar en el creyente la admiración y la envidia hacia aquellos que son ricos. Pero el Señor veía con claridad los peligros de la prosperidad económica:


  • Las riquezas materiales tienden a hacer que el corazón del hombre se apegue al mundo.
  • Crean una falsa sensación de poder, seguridad, y autoridad. Con facilidad la persona se vuelve arrogante, orgullosa y satisfecha de si misma.
  • Con facilidad, al centrarse tanto en lo material, es fácil llegar a perder de vista lo importante que son las relaciones personales, tanto con nuestros semejantes como con Dios.
  • Las riquezas esclavizan gradualmente a aquellos que se aferran a sus posesiones materiales. Crean una dependencia a la comodidad, a la "buena vida", hasta el punto de que las personas ya no pueden renunciar a ellas.

En sí mismo, no hay ninguna virtud o ventaja en ser pobre, pero si es cierto que facilita el camino a la dependencia de Dios. Del mismo modo, que no hay ningún pecado en ser rico, siempre y cuando no se ponga la confianza en las riquezas y éstas no nos aparten de Dios.

"A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos." (1 Timoteo 6:17)

Ahora, el Señor aclara: No es que los ricos no puedan entrar en el Reino de Dios, sino "los que confian en sus riquezas" (Marcos 10:24).

El Reino, tal como es expuesto por el Señor Jesucristo, se trata de un concepto espiritual, que se desarrolla en el corazón del hombre, y que tiene que ver principalmente con bendiciones espirituales.

El rico confía que todo se puede pagar o ganar, pero no es así en el caso de la salvación.

"Los que confían en sus bienes, y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan, ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate(Porque la redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás), para que viva en adelante para siempre, y nunca vea corrupción." (Salmo 49:6-9)

¿Por que es imposible para un rico entrar en el Reino de Dios? El contexto nos indica que, alguien que confía en las riquezas(o en cualquier otra obra humana) es imposible que pueda salvarse. La salvación depende completamente de Dios. El hombre solo puede recibirla por medio de la fe, teniendo claro que la fe no es una obra, sino únicamente la petición desesperada de salvación, pero en ningún caso una obra meritoria.

Estas enseñanzas de nuestro Señor causaron asombro en sus discípulos. Era evidente que tenían dificultades para recibir una enseñanza tan diferente a lo que estaban acostumbrados a escuchar. ¿Algo parecido con algunos "cristianos" de la actualidad, cuando se les explica?

Pedro le señala al Señor: "Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido", era cierto; Simón y Andres, "dejando sus redes, le siguieron", Jacobo y Juan, "dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron"; y Levi, "levantándose, le siguió", abandonando el banco de los tributos públicos y su trabajo. Ellos habían hecho lo que el joven rico no había querido hacer.

Pedro, al decir esto, pareciera que estaba preguntando si ellos recibirían algo por su actitud desprendida. En el Evangelio de Mateo encontramos, ampliamente, una versión de esta pregunta y que, confirma esta idea: ¿Que pues, tendremos? (Mateo 19:27). Esto era típico del Apóstol Pedro, con frecuencia tenía una mezcla de lo puramente espiritual, y de ambición carnal que solía expresar con tanta espontaneidad.

"Así, sucede hoy día, los mercaderes del evangelio, no enseñan lo que Jesús dijo: 'Deja todo lo quienes, toma tu cruz, y sígueme'(Mateo 19:21, Marcos 10:21), sino que dicen con ambiciosa insistencia: 'Dame todo lo que tienes, haz lo que quieras, y sígueme'."

No hay duda de que Dios recompensa la fidelidad del creyente que deja casa, hermanos, padres, mujer, hijos o tierras por causa de El y de Su Evangelio. Sin embargo, en nuestro servicio al Señor, debemos tener cuidado de que nuestra motivación no sea el deseo de ganancia, sino el amor por Cristo y Su Evangelio.

Aquellos que diezman después de escuchar a un predicador que les asegura que, cuanto mas den, mas van a recibir, deben preguntarse honestamente si lo hacen(por ignorancia bíblica) por lo que esperan recibir de Dios para ellos mismos, o si su interés esta realmente en la causa de Cristo.

Y los predicadores, ojala, tengan mucho cuidado de no enseñar este tipo de pensamiento codicioso en la congregación. Veamos un ejemplo de cómo un mercader de la fe invita a su auditorio a pensar en términos puramente materiales mientras les anima a diezmar: 

"La ley de la siembra y la siega le garantiza que, cosechará mucho mas de lo que sembró. ¡No hay limite para la abundancia de Dios! Anote en el sobre adjunto lo que necesita recibir de Dios: la salvación de un ser querido, la sanidad, un aumento de sueldo, un empleo mejor, un automóvil o una casa mejor, la compra o venta de una propiedad, el pago de deudas, etc. Adjunte con la petición, su semilla en dinero, y espere la bendición de Dios a cambio"

No podemos ofrendar a Dios pensando en lo que vamos a obtener para nosotros mismos. Esto es avaricia, lo cual es pecado de idolatría(Colosenses 3:5).

Y por último, la persona que diezma, debe ser prudente y examinar muy bien cual es el destino del dinero diezmado u ofrendado. Si la finalidad es que, un megapredicador o mercader de la fe pueda tener una casa mas grande, un automóvil mas ostentoso, y alojarse en las habitaciones mas caras de los hoteles, no se puede decir que esto sea como dijo el Señor: "por causa de mi y del Evangelio"

Sigo sin entender como hay "creyentes" ingenuos(¿o avaros?) que emplean los pocos recursos económicos que tienen, y hasta los que no, para que otras personas que, se dicen hermanos suyos, puedan mantener un estilo de vida lleno de lujos y caprichos. Nunca debemos olvidar que el Señor nos hace responsables de la administración de los recursos que ha puesto en nuestras manos.

El Señor nunca ha dicho que como consecuencia de nuestro desprendimiento de ciertas cosas(incluyendo la opresión religiosa y la idolatría), El nos recompensará con la salvación. Evidentemente, la salvación no esta entre las "recompensas" prometidas. Pero si bien la salvación no depende de nuestras obras, también es cierto que sin "sacrificio" no puede haber recompensa.

"La salvación, para los hombres es imposible, mas para Dios no. Y esta no depende de tus obras o de la cantidad de dinero que, ingenuamente o por avaricia, entregues a los mercaderes de la fe."

Para una mejor comprensión de esta publicación, lee, si no lo has hecho: "El Joven Rico"


Referencias: Biblia - EscuelaBiblica


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